Saltar al contenido
Anunnakis

El viaje de Enki a Nippur

Tiempo estimado de lectura: 11 minutos

El poema narra el viaje de Enki, el dios sumerio de “Aguasdulces”, la sabiduría y la creación, a Nippur. El texto comienza con la mención de un poema publicado en 1914, y cómo, desde esa fecha, se han recuperado más fragmentos que permiten conocer el contenido completo del poema. En este mito, a diferencia del “Viaje de Nanna a Nippur”, es Enki quien visita a Enlil en Nippur. El poema describe cómo Enki construye un palacio en Eridú, adornado con plata y lapislázuli, y cómo este palacio resuena con música y alabanzas. Enki viaja a Nippur, donde ofrece un banquete a Enlil y otros dioses.

Mitos Mesopotámicos

Diosa Bau

Bau: Himno de la Diosa Protectora

Nanna

El viaje de Nanna a Nippur

Mito del Viaje

01. En aquel tiempo, cuando ya se habían establecido los destinos,
Y en el que un año de opulencia, venido del cielo,
Se había desplegado aquí abajo en forma de verdor y de hierba,
El señor Enki, rey del Apsû.

05. Enki, el señor que establece los destinos,
Se construyó un palacio de plata y lapislázuli,
¡De plata y lapislázuli brillantes como el día!
Este santuario causaba gran alborozo en el Apsû,
Y los centelleantes frontones que de él sobresalían

10. Se alzaban ante el señor Nudimmud.
Lo edifica, por tanto, con plata adornada con lapislázuli
Y suntuosamente realzado con oro.
En Eridú., en la costa, erige este palacio
¡En cuyos ladrillos repercutían los ecos de mil voces

15. Y cuyas paredes de cañas mugían como bueyes!
(¡Sí!) el palacio de Enki vociferaba:
¡Incluso por la noche alababa
Y celebraba a su soberano con gran estruendo!
A instancia del rey Enki, Isimud, su paje,
De pie, ante el palacio, clamaba con toda su alma:

20. De pie, entre el enladrillado, daba voces:
“¡Oh morada construida con plata y lapislázuli!
¡Tú, que tienes tus cimientos hincados en el Apsû,
Cuyo príncipe te ama!
¡A ti, que te respetan (?) el Tigris y el Éufrates!

25 ¡Tú, qué causas alborozo en el Apsû de Enki!
¡Tu picaporte es imposible de atacar:
Tu cerrojo es una bestia horrorosa!
¡Tus vigas de parhilera, en su extremo,
Se apoyan en un toro celeste!
¡Las esteras que te cubren
Son de lapislázuli tejido junto a las vigas!

30. Tu pináculo es un toro de cuernos afinados:
Tu puerta, una fiera que retiene a las personas
entre sus garras;
¡La piedra de tu umbral, un león puesto en pie frente
a las poblaciones!
¡Apsû! ¡Oh lugar noble y sagrado!
¡Palacio de Engur que frecuenta tu soberano!

35. ¡Enki, rey del Apsû,
Ha adornado tu zócalo con cornalina
Y te ha embellecido con un
revestimiento (?) de lapislázuli!
¡Palacio de Enki, reflejo del Lalgar subterráneo,
Te pareces a un toro que camina derecho ante su amo,

40. Mugiendo con valentía
y dando voces armoniosamente!
¡Palacio de Engur, cuyas sagradas hileras de cañas
Trenzó Enki (en persona)!
¡Para ti se construyó el estrado principal!
¡Tu vestíbulo es la resplandeciente «barrera» del cielo!
¡Apsû, tú eres uno de esos lugares sagrados
En los que se determinan los destinos!

45. Enki, el sabio por excelencia, el soberano,
Nudimmud, el amo de Eridú,
El de «vientre de carnero», en el que
nadie puede fijar su mirada
Te ha hecho como a uno de esos antiguos (?) Apkallu
De opulenta cabellera (?).
¡Eridú, oh favorito de Enki!

50. ¡Palacio de Engur que desbordas opulencia!
¡Apsû, vivificador del país, favorito de Enki!
¡Palacio en longitud construido,
Magníficamente construido para guardar el secreto
de todos los Poderes!
¡Eridú, tú, cuya sombra se extiende a lo ancho!
¡Oh mar encrespado y sin rival!

55. ¡Río sublime y suntuoso que aterroriza al país!
¡Palacio de Engur, gigantesco e indestructible!
¡Palacio a la orilla del mar! ¡León en pleno Apsû!
¡Noble morada de Enki!
¡Fuente de (todo) saber para el país entero!
¡Tú rumor, similar al de un río durante la crecida,

60. Compone una música para Enki, el soberano!
En tu santo habitáculo suenan, con agrado,
Algar, balag, algarsurra,
Harḫar, sabîtum, mirîtum, lo llenan de melodías,
Con el balag de dulce resonancia
Que refuerza la salmodia (?):

65. ¡Allí se tocan todos estos instrumentos,
cada uno a su manera!
¡Allí suena, en solos, el algar sagrado de Enki,
Allí resuenan las siete tigi!
¡La orden de Enki es inalterable:
El fundamento de su palabra es inquebrantable!”

70. ¡Esto era lo que Isimud gritaba en medio del enladrillado,
Aquello que melodiosamente cantaba
en el palacio de Engur!
Cuando terminó -una vez que hubo acabado-
Cuando Enki acabó de construir Eridú,
Mole artísticamente rematada,
Que parece flotar sobre las aguas,

75. ¡Apoyó su espalda en la orilla, en el cañaveral,
(Descansando) en su agradable huerto, lleno de frutas,
En el que anidan las aves,
Mientras las carpas retozaban,
Entre las tiernas plantas acuáticas
Y los ciprinos se agitaban
Entre los jóvenes retoños de gizi!

80. Después, Enki se puso de pie
¡Y los peces sacaban sus cabezas del agua!
¡Pues era muy hermoso verle, de pie en pleno Apsû,
Haciendo brotar la alegría en el palacio de Engur,
Pero infundiendo el temor en el mar,
Propagando el terror entre el río profundo

85. Y suscitando sobre el Éufrates
un desencadenado viento del sur!
¡Su bichero era la Serpiente sobrenatural,
Y las «Pequeñas cañas» le servían de remos!
¡Se hizo a la vela
En pleno año de opulencia!
¡Rápidamente soltó amarras del barco
Y recuperó la amarra con rapidez!

90. ¡A medida (?) que se alejaba (?) de Eridú,
El río le ofrecía a su rey un eco,
Un rumor similar al mugido de un ternero,
Al bramido de una soberbia vaca!
(En el momento de partir) había sacrificado
Abundantes toros y corderos.
Había hecho venir a los tambores que necesitaba,

95. Y, de donde no los había, tamboriles.
Puso, entonces, rumbo hacia Nippur,
Llevando consigo todo lo necesario
Hasta el gigunû, la santa capilla de Nippur.
Una vez allí, hizo traer vino,
Fabricó cerveza,
Derramó grandes cráteras de vino

100. Mientras preparaba cerveza de espelta:
y con el fin de obtener una (cerveza) exquisita,
Remueve, en el kurkurru, las gachas de malta (?).
Y le añade, hasta colmarlo,
la misma cantidad de sirope de dátiles.
¡Convirtiendo dicha mezcla
En un dulce licor refrescante!
Fue así como Enki, en el santuario de Nippur,

105. Ofreció un banquete a Enlil, su padre.
Colocó a An en primera fila,
Y situó a Enlil cerca de él;
Luego ordenó sentar a Nintu en el lugar de honor
Los Anunna, uno por uno, fueron tomando asiento

110. Y todos ellos bebían cerveza a pequeños sorbos
y paladeaban el vino.
Los vasos llenos hasta los bordes,
Brindando por el cielo y por la tierra.
¡Aspirando lentamente de las copas desbordantes
(Cóncavas como) chalupas!
Una vez que se hubo bebido la cerveza
y degustado el vino,

115. Y que, de la mesa, se hubieron retirado
los restos del banquete,
Enlil, totalmente eufórico, en su palacio de Nippur,
Declara (lo siguiente) a los Anunna:
«¡Grandes dioses aquí reunidos,
Anunna que dirigís la Asamblea!

120. ¡Sabed que mi hijo, Enki el soberano,
Ha construido una morada!
¡Ha elevado Eridú
Al igual que una montaña (se alza)
sobre la tierra llana!
Ha construido su palacio
En el emplazamiento idóneo:
¡En Eridú, lugar sagrado
en el que nadie puede entrar!
Es una morada construida con plata
Y adornada con lapislázuli.

125. ¡En ella sonarán, en total concordancia, los siete tigi
En ella se prodigarán las plegarias!
¡Y los hermosos cantos sagrados
Lo convertirán en un lugar muy agradable!
¡Así será el santuario del Apsû, tesoro de Enki,
Magníficamente construido para guardar el Secreto
De todos los Poderes!»
¡Por haber edificado Eridú, ese sagrado templo,
Gloria (a ti), venerable Enki!

Resumen

El mito del “Viaje de Enki a Nippur” nos ofrece una profunda visión de la cosmología y las creencias religiosas sumerias. A través de este poema, se destaca la importancia de Enki, el dios sumerio del agua, la sabiduría y la creación, y su relación con otros dioses principales como Enlil. La construcción de su palacio en Eridú, adornado con plata y lapislázuli, simboliza su poder y grandeza. Su viaje a Nippur y el banquete que ofrece a Enlil y otros dioses reflejan la diplomacia y la camaradería entre las deidades.

Al final del poema, Enlil elogia a Enki por su magnífica construcción en Eridú, reafirmando la posición elevada de Enki en el panteón sumerio. Este mito no solo celebra las hazañas de Enki, sino que también subraya la interconexión y la interdependencia de las deidades en la mitología sumeria. Es una pieza esencial que nos ayuda a comprender mejor la rica mitología cultural y espiritual de la antigua Mesopotamia.

Mesopotamia

Diosa Sud

El Matrimonio de Sud

Escritura Cuneiforme

Escritura cuneiforme

Bibliografía

  • J.L. Amores (2023). Dioses Sumerios: Tomo I. Entre el Cielo y La Tierra. Basado en la Asiriología. ISBN: 979-8859303960
  • J.L. Amores (2023). Dioses Sumerios: Tomo II. Entre el Cielo y La Tierra. Basado en la Asiriología. ISBN: 979-8859545308
  • Samuel Noah Kramer, Jean Bottero (2004). Cuando los dioses hacían de hombres. Editorial: Ediciones Akal. ISBN 978-84-460-1762-2. PDF.
  • Al-Fouadi, Abdul-Hadi A., «The Journeys of the Gods», University of Pennsylvania: 1969 ( Ph.D dissertation): composite text, translation, commentary, photograph
  • Falkenstein, Adam, «Sumerische Hymnen und Gebete», in Falkenstein, Adam (ed.), and von Soden, Wolfram, Sumerische und akkadische Hymnen und Gebete Artemis: Zürich/Stuttgart, 1953, 57-231: translation
  • Veldhuis, Niek C., «The Surá-Priest, the Instrument gishAl-gar-surá, and the Forms and Uses of a Rare Sign», Archiv für Orientforschung 34-35 (1997-1998), 115-128: score transliteration, commentary (l. 62)
  • Civil, Miguel (COR2.SPI, 1989: composite text)
  • Krecher, Joachim and Jagersma, B., (LIT2.TXT, 1996: composite text, translation)
  • ETCSL, Enki’s journey to Nibru