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La escritura cuneiforme es la más antigua que se conoce hasta la fecha. Los sumerios tenían un gran talento para innovar y evolucionar en su civilización. Inventaron el arado, la cerveza, la rueda y los ladrillos de adobe entre otras muchas cosas. Sumeria es “la cuna de la civilización”, desarrollaron ciudades-estado entre los ríos Tigris y Éufrates en el 4000 a.C., entre ellas, Uruk se destacaba por ser una de las más antiguas y extensas.
Sabiendo un poco lo grandes que fueron esta civilización asentada en Mesopotamia, quiero hablarte de su escritura cuneiforme. Hay que comentar que se exigía un largo período de aprendizaje para formar a los escribas sumerios, no os penséis que era cosa de dos días. De un principio la escritura fue con fines administrativos, es decir, para llevar una contabilidad de las cabezas de ganado y de los productos de la agricultura que entraban y salían de los templos. Tiempo después vieron que le podían dar otro tipo de utilidad, creando bases para la literatura y los cálculos matemáticos.
Mitos sumerios
El origen de la escritura
Los primeros textos encontrados corresponden al año 3000 a.C. en la ciudad mesopotámica de Uruk, unas 5.000 tablillas y fragmentos con inscripciones proto-cuneiformes. La escritura cuneiforme parte de pictogramas, representando una oración corta o una historia larga, parte de dos fases sucesivas de desarrollo:
- Una primera consistente en la aparición de los primeros textos representados mediante pictogramas.
- La segunda es donde se descubre la fonética, consiste en asociar un sonido a cada pictograma.
En la primera parte se utiliza la pictografía como medio para recordar y guardar en la memoria, no para transmitir conocimientos. Se plasmaban conceptos ya conocidos por todos, y por lo tanto también interpretables por cualquiera. Escribir era recordar. En sentido estricto, no se puede calificar como escritura ya que su objetivo no es fijar un mensaje lingüístico, sino reflejar acciones y sucesos, desde la compra de ganado a inventario en un almacén, era una evocación a la memoria y no la transmisión de cuestiones desconocidas.
El siguiente paso fue asociar una imagen con un fonema. A las imágenes simples se les añadieron marcas o signos que evocaran frases. Y de ahí se fue ganando en complejidad a medida que los escribas debían de realizar más textos. Explicado de un modo simple, cada signo representaba un sonido. Pero para llegar a esa escritura tuvo que existir una necesidad de desarrollar un sistema fonético. Una teoría es que el motivo fue la existencia de más de un idioma dentro de la misma comunidad, seguramente fue el bilingüismo que había en Mesopotamia con el sumerio y el acadio.
Los orígenes de la escritura hoy conocida pueden establecerse en cinco diferentes, según el asiriólogo François Lenormant serían los siguientes:
- Escritura cuneiforme
- Jeroglíficos egipcios
- Escritura china
- Jeroglíficos mexicanos
- Escritura maya del Yucatán.
No obstante, todas ellas, parten de un nacimiento pictográfico, evolucionando después al fonetismo y alcanzando al fin ramificaciones alfabéticas diversas.
¿Cómo se descifró la escritura cuneiforme?
Muchos de vosotros me habéis preguntado como se ha podido descifrar una lengua muerta, un idioma totalmente desconocido, la respuesta es fácil y se llama “la piedra de Behistún”. El famoso monumento está esculpido en un acantilado, a 90 metros del suelo. El rey aqueménida Darío I había ordenado su creación en el año 520 a.C. para conmemorar su victoria sobre Gaumata el Mago, victoria que le había permitido acceder al trono persa. El lugar elegido para el monumento tenía una evidente finalidad estratégica, se trataba de un punto de paso obligado en la ruta que unía las ciudades de Ecbatana y Babilonia. De esa forma, Darío se aseguraba de que un flujo constante de viajeros contemplase el recuerdo de su hazaña.
El monumento consta de dos partes. La primera es el relieve, donde se representa a un Darío de grandes dimensiones, armado con un arco y acompañado por dos oficiales persas. Con uno de sus pies, Darío somete a Gaumata, detrás del cual figuran nueve líderes rebeldes, también derrotados por el rey. El dios Ahura Mazda, sobre el disco alado, preside la escena. La segunda parte está compuesta por una larga inscripción que relata las victorias que condujeron a Darío hasta el trono. La inscripción está escrita en tres lenguas diferentes (persa antiguo, elamita y babilonio), y utiliza tres sistemas de escritura cuneiforme distintos, uno para cada lengua.
Henry Creswicke Rawlinson, conocido como el “Padre de la Asiriología” fue el culpable de descifrar la escritura cuneiforme. Su interés y facilidad para el estudio de lenguas orientales antiguas y modernas, resultaría clave a la hora de descifrar la inscripción de Behistún. Rawlinson era un experto en el cuneiforme persa, el hecho de disponer de inscripciones cuneiformes trilingües con uno de los idiomas ya descifrado abría la posibilidad al desciframiento de las otras dos lenguas, de la misma forma que hizo Champollion con los jeroglíficos egipcios a partir de la piedra de Rosetta. De esa forma se pudo abrir paso a descifrar el idioma babilonio. Junto con otros autores, como el asiriólogo irlandés Edward Hincks, logró descifrar los antiguos textos mesopotámicos.
Con el babilonio descifrado, faltaba solo un paso para descifrar el sumerio, y ahí es donde entra la biblioteca del rey asirio Asurbanipal. La biblioteca contenía una gran cantidad de textos escritos en tablillas de arcilla utilizando el sistema de escritura cuneiforme. Estos textos incluían una amplia gama de géneros, desde literatura y poesía hasta leyes, decretos reales, registros económicos y textos religiosos.
Algunas de las tablillas en la biblioteca eran bilingües o trilingües, lo que fue crucial para los eruditos que intentaban entender las relaciones entre diferentes lenguas antiguas. Estos textos a menudo presentaban versiones en acadio y sumerio, lo que ayudó a los lingüistas a comparar las dos lenguas y entender mejor sus estructuras y vocabularios.
La biblioteca de Asurbanipal jugó un papel vital en la literatura y los conocimientos sumerios, incluso mucho después de que el uso del sumerio como lengua viva hubiera cesado. Esta conservación permitió a los eruditos posteriores acceder a una rica fuente de textos originales sumerios. Que por cierto, el gran Poema de Gilgamesh fue encontrado allí en varios idiomas.
Estructura del cuneiforme
Las primeras escrituras cuneiformes eran unos sistemas de unos 800 símbolos aproximadamente, de los cuales entre 60 y 70 serían de carácter numérico. Esta cifra es aproximada y basándose sólo en los restos encontrados, y en especial en la complejidad del símbolo en cuanto a su composición, por lo que hay un amplio debate sobre algunos de los signos y si son diferentes o se tratan del mismo.
Su morfología es variada: algunos son netamente pictográficos (por ejemplo, representan una planta o el tallo de un cereal conocido). Otros son algo más esquemáticos como un círculo con un aspa en el interior para representar a una oveja en una cuadra. Para evitar la multiplicidad de símbolos se comienzan a combinar bien inscribiendo uno en otro o bien modificando los previamente existentes.
La mayor complejidad se alcanzó cuando se quiso representar los nombres de las ciudades sumerias: en este caso se optó por añadir un símbolo de la deidad principal de la ciudad, que carecía de valor fonético, para facilitar su identificación.
¿Cómo se escribía la escritura cuneiforme?
La escritura cuneiforme se realiza mediante dos herramientas básicas: una cuña y un gancho o cincel para imprimir sobre tablilla arcillosa o el material pertinente, los signos. Hacia el 3200 a.C. hay contabilizados unos 640 signos cuneiformes. Estos signos surgieron por estos procedimientos que a su vez derivan en otras tantas categorías:
- Deictogramas, que designan a sus referentes de manera metafórica.
- Pictogramas, que representan a sus referentes mediante dibujos figurativos.
- Morfofonogramas, que se componen de dos elementos: uno que ilustra el campo léxico con el que se relaciona la ortografía, y el otro que indica la pronunciación del conjunto.
- Silogigramas o agregados lógicos que indican sus referentes metafóricamente.
- La ortografía iterativa que se forma mediante una modificación gráfica que se acompaña de una modificación semántica.
- La ortografía prestada, finalmente, creada sobre la base de la homofonía, una palabra del idioma hablado representado por el signo de una palabra homófona.
Con este conjunto de elementos los sumerios inventan y desarrollan no solo una escritura propia, sino una semiología netamente sumeria.
La escritura sumeria
El idioma que hablaban los sumerios antes de la invención de la escritura es un misterio, pero es muy probable que, tanto por relaciones comerciales y culturales, como por su posición geográfica; los sumerios tuvieran contactos múltiples con otras lenguas, lo que derivaría en el sumerio que conocemos. En un principio se planteó que la escritura sumeria no fue un invento sumerio sino para otra lengua, pues no se hallaron indicadores gramaticales propios del sumerio.
Pero esta hipótesis ha sido refutada por diversos autores, demostrando que, aunque es una escritura en esencia logográfica, algunos signos sí que representan indicadores fonéticos. Además, se aprecia una cierta continuidad cultural en los últimos periodos de Uruk, por lo que los sumerios fueron los artífices en todo momento, o en el peor de los casos, sus desarrolladores casi desde el inicio de la escritura.
El sumerio comienza a introducir el sistema silábico aproximadamente en el 2800 a.C., tal y como atestiguan algunos textos de Ur. Con ello se permitió el inicio de una escritura silábica pura, capaz en principio de sustituir los logogramas por la representación secuencial de su entidad fónica. Esta capacidad fue útil para usar la escritura en el acadio.
De la escritura sumeria a la acadia
El sumerio fue la lengua de Mesopotamia hasta que el rey Sargón (hacia el 2300 a.C.) estableció su capital en la ciudad de Acad y construyó un imperio sin precedentes. Desde entonces, la documentación se escribiría en una lengua semítica, llamada paleoacadio o acadio antiguo, designación que obedecía a la ciudad de la sede del reino. Se tomó la escritura cuneiforme sumeria y se hicieron las primeras adaptaciones.
Después de la caída del imperio de Acad, toman el poder los reyes de la Tercera Dinastía de Ur (2100 a.C.), retomando el sumerio como la lengua de la administración, pero algo reformado por lo que se ha tildado de neo sumerio. Tras el fin de esta dinastía, el acadio recupera su papel como lengua de la administración, cobrando mayor peso todavía para ser usado también en la economía y literatura.
Hay que resaltar que la escritura cuneiforme bien pudo ser adoptada por las lenguas semíticas antes de la dinastía del Rey Sargón, como lo prueban los documentos escritos en este alfabeto en Nabada (Tell Beydar, Siria), y que por aquel entonces la escritura no era silábica.
Mitos y leyendas
Referencias
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