Tiempo estimado de lectura: 13 minutos
En muy pocas ocasiones, un nombre perdura durante tantos milenios como lo ha hecho el de Gilgamesh. Este rey supone todo un hito en la historia de la literatura, puesto que se trata de la primera obra literaria que conocemos. La epopeya fue descubierta en 1853 por Hormuzd Arassan, un experto asiriólogo, y Austen Henry Layard, un joven viajero británico, en la Biblioteca del rey asirio Asurbanipal en Nínive.
Esta versión consistía en doce tablillas escritas por un escriba conocido como Sîn-lēqi-unninni. La primera traducción llegó en la década de 1870, años después de ser descubierta. George Smith, el primer traductor de la epopeya, dijo haber reconocido la historia del Gran Diluvio en la escritura cuneiforme de la composición.
Las dos principales fuentes a las que se ha recurrido para la adaptación son la traducción de Andrew George en 2003 y la adaptación poética de Stephen Mitchell, publicada por primera vez en 2004 por Profile Books Ltd. Prepárate para este trepidante capítulo del famoso rey Gilgamesh.
Mitología Sumeria
La biblioteca del rey Asurbanipal
La epopeya o poema de Gilgamesh fue escrita en el año 2150 y 1400 a.C. Es la obra más antigua de la literatura épica mundial. Fue descubierto a mediados del siglo XIX al excavar la biblioteca del rey Asurbanipal en Nínive. El rey Sargón II, que reinó desde el 722 al 705 a.C. Inició esta gran librería que fue ampliada más tarde por el último rey Asirio en el año 669 y 627 a.C.
Fueron los primeros bibliotecarios de la historia, unos de los pocos reyes que sabía leer y escribir. Algunas tablillas de la biblioteca de Nínive conservan las versiones más completas del poema de Gilgamesh, en los lenguajes sumerio y acadio.
Asurbanipal llegó a tener en la biblioteca hasta 22.000 tablas de arcilla, que se encontraron bajo los escombros en el palacio real de Nínive. Asurbanipal tuvo tablillas de todo tipo. La información era la siguiente:
- Gramática
- Ciencia
- Historia
- Magia
- Matemáticas
- Astronomía
Cuando se encontró este material, había uno que destacaba del resto, el poema de Gilgamesh.
El rey Gilgamesh era un tirano
Nuestro protagonista fue rey de Uruk, y no fue una buena persona que digamos, era un tirano de los pies a la cabeza. Violaba a las mujeres donde él reinaba, incluso a las esposas o hijas de sus guerreros y nobles, masacraba a los hombres por puro placer, ese era el famoso rey de Uruk.
Primogénito de la diosa Ninsun y de un sacerdote llamado Lillah. Era un ser despiadado que no se había ganado el cariño del pueblo. Los lugareños le piden ayuda al Dios An (Anu) y en uno de los fragmentos del poema dice lo siguiente:
Cuando An hubo escuchado sus quejas, A la gran Aruru llamaron: «Tú, Aruru, creaste el hombre, Crea ahora su doble, Con su corazón tempestuoso, haz que compita. ¡Luchen entre sí, para que Uruk conozca la paz!»
El Poema de Gilgamesh
Aruru (Ninhursag) una deidad con el título de “Señora de las Colinas Sagradas” y esposa del dios sumerio Enki (Ea). Cuando Aruru oyó esto, decide crear a Enkidu. Todo su cuerpo estaba cubierto de pelo, aunque su cabeza poseía un cabello como el de una mujer, se crió con las bestias, sin conocer a los humanos o a sus tierras.
El rival de Gilgamesh se llama Enkidu
Enkidu se topa con un cazador, y el hombre muerto de miedo decide salir corriendo para su casa, el poema dice lo siguiente:
«Padre mío, hay un hombre que ha venido de las colinas, es el más
El Poema de Gilgamesh
poderoso de la tierra, vigor tiene. ¡Como la esencia de An, tan tremendo es su vigor! Siempre recorre las colinas, siempre con las bestias se nutre de hierba. Siempre planta los pies en la aguada. ¡Tan espantado estoy, que no oso acercarme a él! Cegó las hoyas que yo había excavado, Destrozó mis trampas que yo había puesto, Las bestias y las criaturas del llano hizo escapar de mis manos. ¡No permite que me dedique a la caza!»
Su padre le comenta que tiene que ir a Uruk y pedirle al rey una mujer para llevársela a Enkidu. Gilgamesh decide darle al cazador una ramera (lo que viene siendo una prostituta de toda la vida), porque ellos piensan que, de esa manera, Enkidu se separara de las demás bestias y será más vulnerable. El cazador parte de viaje con la mujer, hasta que llegan a la zona donde está Enkidu, y el poema dice lo siguiente:
«¡Ahí está, oh moza! ¡Desciñe tus pechos, Desnuda tu seno para que posea tu sazón! ¡No seas esquiva! ¡Acoge su ardor! En cuanto te vea, se acercará a ti. Desecha tu vestido para que yazga sobre ti. ¡Muestra al salvaje la labor de una mujer! Le rechazarán las bestias salvajes que crecen en su estepa, cuando su amor entre en ti».
El Poema de Gilgamesh
Una vez la ramera consigue el amor de Enkidu después de yacer con él 6 días y 7 noches, esta le pide un favor. Le comenta que vaya a Uruk a conocer a Gilgamesh, pues es un tirano que lleva sumido al pueblo, un ser terrible donde no escapa nadie ante su maldad, así que Enkidu acepta la petición de la ramera.
Gilgamesh vs Enkidu
Una vez llega Enkidu al reino de Uruk, el pueblo ve en él a un héroe, un ser que puede traer la paz y derrotar al gran rey. Tanto Gilgamesh como Enkidu son muy grandes y muy fuertes y el poema dice lo siguiente:
Se encontraron en el mercado de la Tierra. Enkidu atrancó la puerta con su pie, impidiendo que Gilgamesh entrase. Se asieron uno a otro, enlazados con fuerza, como toros. Destrozaron la jamba, mientras el muro se estremecía. Cuando Gilgamesh dobló la rodilla (con el pie en el suelo) su furia se aplacó y se volvió para alejarse.
El Poema de Gilgamesh
En muchos artículos que leo sobre la epopeya, dan por hecho que la batalla la gana Gilgamesh, pero la cuestión es que no está muy claro. Hay una frase que me llama la atención, pues en una pelea si la furia se aplacó y encima te alejas, para mi Enkidu fue el vencedor.
Pero es curioso, porque después de la pelea, el rey de Uruk y la bestia se hacen amigos inseparables y Gilgamesh, empezó a ser mejor persona. Es también por ese dato en el que pienso que Enkidu es el que sale victorioso de aquella pelea.
Las aventuras de dos amigos inseparables
Empiezan las aventuras de Gilgamesh y Enkidu, se adentran en un bosque prohibido para robar árboles y se enfrentan a un temible demonio llamado Humbaba. Luchan contra el monstruo con la ayuda de Utu (dios del Sol) y lo matan.
A su regreso, Inanna (divinidad del Amor) es vencida por la lujuria de Gilgamesh. Enfurecida le pide a su padre An, que envié al “Toro del Cielo” para castigarlo. El animal desciende del firmamento, trayendo consigo siete años de hambre, pero Gilgamesh y Enkidu luchan contra el toro y lo matan.
La muerte de Enkidu
Los dioses sumerios se reúnen en consejo y acuerdan que uno de los dos amigos debe ser castigado por su transgresión, y deciden que Enkidu va a morir. Se enferma, sufre y comparte sus visiones del inframundo con Gilgamesh. Cuando al final muere, el rey de Uruk tiene el corazón roto. No puede dejar de llorar por Enkidu, y no para de pensar en la posibilidad de su propia muerte.
En muchas ocasiones cuando leo este poema, no puedo evitar imaginar si estas dos personas eran algo más que amigos. Tampoco es un dato relevante si son homosexuales o no, pero es pura curiosidad de saber un poco más sobre esta historia.
Intercambian sus ropas reales por pieles de animales como forma de luto por Enkidu, se dirige al desierto decidido a encontrar a Ziusudra. Para Gilgamesh, este personaje tenía la clave de la vida eterna, pues como te conté en el Arca de Ziusudra fue el único rey, en convertirse en un dios, ya que salvó a los animales y a la humanidad, del gran diluvio.
Siduri, un personaje misterioso
Después de un angustioso camino por la oscuridad total pasando por un túnel debajo del monte Mashu, Gilgamesh emerge en un hermoso jardín junto al mar. Allí se encuentra con Siduri, una mujer que trabaja en una taberna. Le cuenta acerca de su búsqueda e intenta que Gilgamesh abandone su camino.
La tabernera le advierte que buscar la inmortalidad es inútil y que debe estar satisfecho con los placeres de este mundo. Muchos historiadores dan el consejo de Siduri como la primera expresión del concepto de Carpe Diem. Aun así, Gilgamesh logra encontrar a Ziusudra, pues era el objetivo que más ansiaba en ese momento.
Gilgamesh encuentra a Ziusudra
Después de superar todas las barreras de su camino, logra hablar con Ziusudra (Utnapishtim en babilonio). Este le cuenta cómo se reunieron los dioses en consejo y decidieron la destrucción de la humanidad. Ziusudra consiguió “el aliento eterno” por ganarse el respeto de la primera tríada de dioses, An, Enlil y Enki.
Gilgamesh insiste en que quiere la inmortalidad, así que Ziusudra le pone una prueba. Si crees que puedes mantenerte con vida por la eternidad, deberás estar despierto por una semana. Gilgamesh lo intenta y fracasa. Entonces Ziusudra le ordena que se limpie, se vuelva a vestir con sus vestiduras reales y regrese a Uruk, donde pertenece.
Sin embargo, justo cuando Gilgamesh se marcha, la esposa de Ziusudra convence a su marido para que le cuente sobre una planta milagrosa que restaura a los jóvenes. Gilgamesh va en su búsqueda y consigue encontrarla, y decide que cuando llegue al pueblo, la compartirá con los ancianos de Uruk.
El viaje es largo y toca acampar, mientras nuestro rey duerme, pero una serpiente le roba la planta. El reptil se desliza, deja su piel y se vuelve joven de nuevo. Todas las culturas tienen como enemigo a un ser reptil, pero en esta historia, explica por qué las serpientes mudan de piel. Todas las leyendas de las civilizaciones antiguas tienen un toque reptiliano ¿Por qué será?
De regreso a casa
Gilgamesh regresa a Uruk con las manos vacías, pero al final, se reconcilió con su mortalidad. Él sabe que no puede vivir para siempre, aunque la humanidad si lo hará.
Gilgamesh murió a los 126 años, saliendo en la lista real sumeria. El rey de Uruk consta como un ser mitológico, pero arrojan luz sobre su posible existencia en el pasado.
Disfruta de la apasionante historia de Mesopotamia y sus Dioses Anunnakis ¿Es mitología, es una leyenda o estos poemas fueron reales vividas por los sumerios? Quien sabe.
Mesopotamia
Referencias
- Lara Peinado, Poema de Gilgamesh, Madrid, 2007, 4ª ed
- Lambert, W. G. and A. R. Millard, Atrahasis: The Babylonian Story of the Flood, Eisenbrauns, 1999, ISBN 1-57506-039-6
- Jean Bottero, La Epopeya de Gilgamesh: El Gran Hombre Que No Quería Morir (3ª ED.), ISBN 8446010178
- Raymond-Jacques Tournay, O.P. et Aaron Shaffer, L’Épopée de Gilgamesh, Les Éditions du Cerf, colección «Littérature ancienne du Proche-Orient», 1998 ISBN 2-204-05003-2.
- Jeffrey Howard Tigay (2002). The Evolution of the Gilgamesh Epic. Editorial: Bolchazy-Carducci Publishers, U.S. ISBN 0865165467