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La Exaltación de Ninurta es un himno acadio, del que han llegado solo unas 35 líneas, presenta a Ninurta, hijo de Enlil y sujeto principal del poema sumerio Lugal.e como un todopoderoso dios, pleno de epítetos y ya adorado desde el cuarto milenio a.C. Las escuelas sacerdotales, sobre todo la de Nippur, remarcaron su posición preeminente, sin dudar en asignarle contenidos teológicos de otros dioses y diosas, y que ubicaron en distintas partes de su anatomía, haciendo de él un verdadero dios sincrético, masculino y femenino.
Ninurta fue también un dios belicoso, titular por excelencia de la guerra, estando también en conexión con la Tempestad. Su culto se difundió por toda Mesopotamia identificado en unas 60 divinidades locales. Tiene poemas muy interesantes, como «Las Hazañas de Ninurta» y «Ninurta y la Tortuga». No obstante, hoy quiero mostrarte este poema que muy pocos conocen.
Poema Acadio: La Exaltación de Ninurta
La Asamblea de los grandes dioses te ha exaltado.
¡Ninurta, guerreros, tú eres poderoso,
tú que acumulas su poder,
tú has recogido sus funciones y las has asumido!
A tu mano ha sido confiada la realeza sobre los señores.
¡Señor, tú eres altivo, oh Señor!
Señor, tu rostro es Shamash;
tu fleco de cabellos es Nisaba.
Tus dos ojos, señor, son Enlil y Ninlil;
las pupilas de tus ojos son Gula y Belet-ili.
Tus cejas, Señor, son los gemelos Sin (Nanna) y Shamash (Utu);
tus párpados son los rayos de Shamash cuando se alza;
la forma de tu boca,
Señor, es Ishtar (Inanna) de las estrellas;
Anu y Antu son tus labios.
Y tu palabra es Nusku, el divino mensajero;
tu lengua ágil es Pabilsag, que está en lo alto;
tu paladar, Señor, es la curvatura del cielo y de la tierra,
donde moran los dioses; tus dientes son los Sebitti,
que abaten a los malvados;
la zona de tus mejillas,
Señor, es la salida de las estrellas brillantes;
tus orejas son Ea (Enki) y Damkina (Ninhursag),
expertos en sabiduría.
Tu cabeza es Adad,
que hace resonar los cielos y la tierra como una fragua;
tu frente es Shala, la esposa amada,
que contenta el corazón de Adad;
tu cuello es Marduk,
el juez de los cielos y de la tierra con el Diluvio por arma;
tu garganta es Zarpanitu, la creadora de las gentes;
tu pecho es Shullat, que observa el tiempo;
tus flancos son Khanish que,
procurando provecho, hace afluir la fertilidad (…).
Siguen ocho líneas incompletas, en las cuales se van comparando otras partes del cuerpo de Ninurta (manos, dedos, pies, ombligo) con otros tantos dioses, entre ellos Utaulu, Ninpanigingarra, Dagan y Zababa. A ellos les sigue una laguna textual que impide conocer el final de la exaltación.
Mitos Mesopotámicos
Referencias
- Federico Lara Peinado (2017). Mitos De La Antigua Mesopotamia: Héroes, dioses y seres fantásticos (pag.512). La Exaltación de Ninurta. Editorial Dilema. ISBN 8498273889.